Cuando se trata de explicar qué es el Yoga siempre se choca con una dificultad fundamental y es que las palabras no pueden sustituir el valor de la experiencia. El Yoga es fundamentalmente una experiencia que se alcanza a través de una serie de prácticas determinadas. En general, cuando se habla de Yoga, se suele referir a un conjunto de prácticas y posturas muy saludables que generan un gran bienestar, pero también, y muy especialmente, el Yoga es la experiencia final que se persigue, el elevado objetivo de paz interior que se alcanza al final del camino, la experiencia de disolución del ego y de la individualidad, fundiéndose con el Todo.
El Yoga aleja a sus practicantes del dolor y el sufrimiento, permitiéndoles vivir con plenitud, disfrutando de la vida. Su práctica regular ayuda al cuerpo a mantenerse sano, activo y vibrante. Vuelve a la mente armoniosa. Ayuda a sintonizar cuerpo y mente con el alma.
El vocablo «yoga» etimológicamente proviene de la raíz sánscrita «YUJ», la misma de la que proviene nuestra palabra “yugo”, que significa atar, juntar, sujetar y uncir; dirigir y concentrar la atención. También se entiende como unión. La unión del cuerpo y la mente, de la mente y la consciencia, de la consciencia y el alma. Del alma y la Divinidad.
El yoga es, pues, el arte que conduce a la mente agitada y dispersa a un estado reflexivo y coherente. Es la comunión del alma humana con la Divinidad. Tiene por tanto una significación muy próxima al término religión: “religare”.
Patañjali define el Yoga como “el cese de los movimientos de la mente”, o también como “la cesación de las fluctuaciones de la mente”.
Por ello, cuando cesan las fluctuaciones de la mente, cuando se produce la disolución de los opuestos, es cuando deviene la unión con la Energía Cósmica Universal, con el Absoluto, con la Divinidad. A esta experiencia suprema e incomunicable se le llama Samadhi, siendo el objetivo final, la última etapa en el camino del Yoga.
Sin embargo el practicante de Yoga ha de comenzar la práctica a partir del conocimiento de lo más inmediato y cercano: su propio cuerpo. Con posterioridad, a través de los diferentes estadíos de la práctica, llegarán a fundirse cuerpo, mente, intelecto y ego, con el alma individual, y posteriormente ésta con la Divinidad, con lo cual se experimenta un alto estado de gozo.
Yoga es una disciplina de desarrollo y autor-realización, abierta a todo ser humano que busque un crecimiento integral; un método que facilita la evolución personal y ayuda a encontrar la paz en nuestro corazón; una forma sistemática y progresiva de enseñar al ser humano a ir en pos de la divinidad que se halla en su interior.