Queridos amig@s, hoy hace exactamente un año de mi último cumpleaños. Ha sido éste, un período en el que fundamentalmente he estado tremendamente interiorizada, en un proceso de estudio creativo.
¡Ya ven!, esta etapa de interiorización y reconexión profunda, facilitada por mucho tiempo enfocada en el espacio interior de nuestra casa y el espacio interno propio, de alguna manera, impuesto por las vicisitudes que hemos vivido desde marzo del año pasado y, que persisten de algún modo, aún hoy, sin saber hasta cuándo, para mi proceso ha sido muy positivo. ¡Todo tiene su parte buena!
Mínimo tiempo en la calle y máximo para estar en casa, donde me he sentido con total libertad dedicándome a lo que quería realizar desde hacía ya algún tiempo: el “Estudio del Yoga”.
De la intensa conexión conmigo misma, a lo largo de un año de continuo trabajo, ha ido surgiendo un nuevo enfoque a la hora de transmitir los aspectos teóricos, filosóficos, psicológicos, culturales etc., del Yoga, que tanta falta hacen para completar las prácticas de Âsanas, Prânayâma y Dhârana, Dhyâna (Meditación), si deseamos ahondar en el Yoga y, deslizarnos más allá de âsana, salir de la mecanicidad, ser conscientes y abrir los ojos a los que realmente somos los seres humanos.
Ha nacido así, un ciclo de 9 sesiones de “Estudio del Yoga” o “Yogâdhyâya”, de tres horas cada una, donde estudiar y experimentar el Yoga en nosotros mismos.
Estoy realmente muy entusiasmada con este nuevo proyecto, que ya se ha puesto en marcha, vía Zoom. Un grupo lo ha realizado enteramente, un segundo avanza en él, con mucha motivación, considerando en todo momento, según comentan, âdhyâya tras âdhyâya, que les aporta profundo conocimiento del Yoga y, de sí mismos.
Desde que me inicié en el Yoga hace ya más de 40 años, han sido varios los maestros que me han ayudado a comprender el Yoga, desde ángulos diversos. Hacia todos ellos va mi más profundo reconocimiento y gratitud. Sin ellos, no sería posible que fuera hoy yo, un estabón, de esta hermosa cadena de transmisión, lo que me hace muy feliz.
Hoy, seis de mayo de 2021, transito ya por el año 66 de esta vida. Se considerada al 66 como número del amor incondicional, fe y confianza en la benevolencia del Universo. Así ha sido y he sentido, en este viaje de los 65 años a los 66 años, entre mayo 20 y mayo 21.
Este último año, me he sentido totalmente guiada, asistida y apoyada por la Luz interna, conducida hacia la fortaleza y la fe, hacia la realización de metas que se han hecho posibles. Siento una profunda gratitud por todo lo recibido a lo largo de la vida, por despertar cada mañana, por seguir sintiéndome viva y útil.
Gracias a todos ustedes que, de un modo u otro, han estado acompañándome en tramos cortos, o largos del camino, que han sido y son importantes para el cumplimiento del destino que me toca vivir.
¡ Tengan tod@s un feliz 6 de mayo!
Imagen: Baddha Padmasana, en Mondariz, realizada en Mondariz, en 1994.
Acuarela pintada en 1995, por nuestra amiga la Prof. de Yoga : Narayani Rabinovitch